En la misma orilla que Beranuy y cerca de Las Herrerías de Calvera, esta pequeña aldea contaba con seis casas en su mayor apogeo en la década de los 20 del siglo pasado. Caballé, Ros, Solé, Tero, Arcas y Bringué eran el nombre de las casas. La iglesia parroquial estaba dedicada a San Juan Bautista, del siglo XI sufrió una honda transformación en el siglo XVI.