La vértebra de Beranuy

El hallazgo de la vértebra de Beranuy ha levantado el interés de la zona como yacimiento paleontológico de primer orden mundial al ser la evidencia de que grandes aves convivieron con dinosaurios terrestres antes de su extinción en el periodo del Cretácico.

El grupo Aragosaurus-IUCA de la Universidad de Zaragoza lideró un trabajo internacional que ha permitido describir por primera vez un fósil de un ave gigante de al menos 1,5 m de altura, hallado en el yacimiento Dolor, ubicado entre Biascas de Obarra y Beranuy. Las dataciones de esta área sitúan estas rocas dentro de los últimos 250.000 años del Cretácico, muy cercanas a la extinción de los dinosaurios no avianos.

La vértebra de Beranuy es la evidencia más moderna de un ave mesozoica en Europa y supone que las comunidades de animales continentales del final del Cretácico en Iberia eran más diversas de lo que se conocía hasta ahora.

El fósil es una vértebra cervical que presenta una serie de características que permiten identificarla como perteneciente a un ave de gran tamaño, entre 1,5-1,8 m de altura, que tendría un cuello largo y flexible. Esta especie disponía de una estructura hueca con múltiples cavidades y cámaras, propia de un sistema respiratorio de sacos aéreos semejante al de las aves actuales.