Congosto de Obarra

La erosión del río Isábena ha labrado el Congosto de Obarra en un arduo trabajo de milenios para dar obra a un estrecho abierto entre la roca caliza. Pozas y cascadas se suceden entre la cercanía de las paredes que apenas dejan pasar la luz. Compuesto entre Beranuy y Laspaules, este paso conecta el sur y el norte por el paso de la Croqueta y, ahora, por los túneles de la carretera.

A la riqueza geológica del paraje, se une su contemplación paisajística, el descenso de su barranco por especialistas y el espectáculo de los colores otoñales de la mezcla de árboles de los bosques que reposan en sus laderas entre riscos y farayones. A ello se añade la búsqueda de especies de aves como las chovas o el roquero rojo que hacen de este enclave un lugar extraordinario en la combinación de agua, roca, fauna y flora.